La Medicina de la Visión interior o de la Abuela sabia permite de ver más allá de los límites, desarrollar la capacidad de ir más allá de la apariencia de las cosas y penetrar en el conocimiento de si-mismo.
Para tener una visión lúcida, debemos soltar todo lo que nos desconecte de nuestra esencia luminosa. Como : agua, aire, alimentos contaminados, pastas dentales y enjuagues bucales, con fluoruro, bromuro, mercurio, metales pesados, pesticidas, fungicidas, productos modificados genéticamente et todo que está tóxico (alcohol, azúcar, cereales refinados, café industrial, desodorantes industriales, edulcorantes artificiales, productos químicos de limpieza, cigarrillos industriales…
Despertar y desarrollar esta visión interior es una acción concreta.
No podemos tener una mente clara con una sangre sucia.
La sangre saludable genera una mente sano, positivo, nos permite de disfrutar plenamente nuestra familia, amigos, trabajo, ocio y nosotros mismos. Es solamente con una mente constructiva que podemos tener una salud emocional.
Gracias a una sangre sano nuestro corazón puede expresar alegría, comprensión, amor incondicional, compasión, claridad…
A partir de esta acción, todo nuestro ser puede florecer y desarrollarse armoniosamente.
Al hacer esta elección, permitiremos que nuestra visión interior vea el mundo con otra mirada, más allá de los límites y los condicionamientos de nuestros pensamientos y creencias.
Una mente constructiva y positiva es un aliado y no una amenaza. Podemos crear o realizar todos los planos de nuestro ser para desarrollar y aumentar la expansión de nuestra conciencia.
La claridad de la visión interior, destruye todas las dudas y miedos que nos encadenan a una falsa realidad, nos revela quiénes somos realmente y cómo podemos actuar. Así, el pensamiento sano o claro, se materializa en la creación de una realidad coherente y en armonía con el Universo.
Más profundo, mas la visión interior da acceso a informaciones o memorias akáshicos que representan la historia de la evolución del Universo y de todo el viviente desde la origen. Esta conciencia está abierta, a la sanación, a la intuición o clarividencia y permite a través de ella que circula el conocimiento y los talentos.
En este camino del autoconocimiento, la visión interior es la clave para ser consciente de lo que se ha logrado y lo que está por venir. Nos permite dar el paso atrás necesario para situarnos en el momento preciso de nuestro camino, desechar lo que ya no nos sirve, fijar los próximos objetivos y tomar las medidas necesarias para seguir adelante.
Pura belleza, pura armonía, puro gozo de conocer y reconocernos. Eso es la visión interior, una dimensión infinita.
Estos traumas pasados negativos son registrados en nuestras células. Cambian nuestra personalidad y también afectan nuestra actitud y comportamiento futuros en situaciones similares.
En lugar de evitar o huir de estas situaciones como mecanismo de defensa, las asimilamos psíquicamente gracia a un trabajo acompañado con la Medicina de la Abuela.